Al menos 36 trabajadores de una cantera de Mandera, en el noreste del país, fueron ejecutados la pasada madrugada, en un ataque reivindicado por terroristas de la milicia islamista somalí Al Shabab.
Los combatientes islamistas separaron a los trabajadores musulmanes de los cristianos y mataron a estos últimos. Algunos fueron degollados, otros decapitados.
No lejos de allí, hace diez días, un comando del grupo terrorista somalí mataba de un tiro a 28 pasajeros de un autobús, tras identificarlos como no musulmanes.
La milicia Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, ha advertido de que el ataque en la cantera forma parte de una serie de operaciones planificadas y que son la respuesta a “la ocupación de tierras musulmanas por el Ejército keniano y sus atrocidades”.
Las críticas contra el Gobierno de Kenia aumentan por la creciente inseguridad, que no ha hecho más que aumentar desde el ataque contra el Westgate de Nairobi el año pasado.