Pararle los pies a los yihadistas en Kobani o lo que queda de esta ciudad kurda en Siria ha sido, quizás, el argumento más repetido a la hora de tomar cuerpo la coalición internacional. Hoy, los 62 países que la componen se reúnen en Bruselas sin que se sepa cómo se van a distribuir las tareas. Para el primer ministro iraquí que llega con un acuerdo con el Kurdistán bajo el brazo lo importante es el respaldo internacional.
La variedad de compromisos que a nivel individual ha adquirido cada miembro de la coalición deja al descubierto las asimetrías dentro de la lucha contra el grupo Estado Islámico. Mientras que países como Bélgica, Australia o Francia se han unido a los bombardeos liderados por Estados Unidos, en Irak, otros, como Alemania, solo desean participar en el rearme de las milicias kurdas. La mayoría de los aliados se contentan con enviar ayuda humanitaria y logística.