Aviones israelíes han bombardeado la franja de Gaza por primera vez desde la tregua, sin dejar víctimas. El objetivo, un centro de entrenamiento del brazo armado de Hamás en Jan Yunis. Fue la respuesta a la caída en el sur de Israel de un proyectil, disparado desde la franja de Gaza, el primero desde septiembre. El ataque no causó daños ni heridos.

La tensión entre israelíes y palestinos no ha hecho más que aumentar tras la muerte de un ministro palestino a manos de soldados israelíes, durante una protesta.

Por otro lado, las autoridades palestinas siguen adelante con su proyecto de resolución, propuesto ante el Consejo de Seguridad de la ONU. En él piden un acuerdo de paz dentro de un año y el fin de la ocupación israelí a finales de 2017.

“Este movimiento de los palestinos es un paso muy hostil contra Israel. No es un paso hacia la paz, es un paso hacia la guerra”, ha declarado Yuval Steinitz, ministro israelí de Asuntos Estratégicos.

Sin embargo, para los palestinos en un rayo de esperanza.

El embajador palestino ante la ONU pidió esta semana al Consejo de Seguridad que actúe cuando antes y trate de facilitar el fin del conflicto.

“Es un paso adecuado para poner fin a la ocupación en condiciones de seguridad muy complicadas, bajo las acciones bárbaras de la ocupación contra los palestinos. Y Dios quiera que logremos una solución a este tema y terminemos con la presencia israelí en los territorios palestinos”, ha señalado Assem Araura, vecino de Ramala.

Estados Unidos ya ha advertido de que no apoyará la resolución palestina.