El objetivo es el fin del bloqueo. Así lo ha repetido el presidente de Cuba, Raul Castro, en el cierre de sesiones de la Asamblea Nacional. Un mensaje directo y claro para que Barack Obama recuerde que Estados Unidos debe respetar la autonomía política de Cuba.
“De la misma forma que nunca nos hemos propuesto que EEUU cambie su sistema político, exigiremos respeto al nuestro”, decía Castro.
Mientras en Cuba se vive con expectación lo que pueda salir del acercamiento entre los dos gobiernos, en las calles de Miami la disidencia cubana ha vuelto a mostrar su indignación por el paso que ha dado Obama.
“Pienso que lo que está sucediendo no es más que una entrega por parte de esta Administración a evitar que la democracia llegue a Cuba. Es hacerle concesiones a una dictadura que no está dispuesta a hacer cambios”, decía una exiliada cubana.
Barack Obama y Raúl Castro se verán las caras en la Cumbre de las Américas en abril del año que viene. Una cita que puede convertirse en el escenario del principio del fin de 53 años de enemistad.