A partir de este lunes, y por primera vez en su historia, El Líbano impone un visado para la entrada de ciudadanos sirios. El país acoge a más de un millón de refugiados sirios que huyen de la guerra civil, la mayor concentración de refugiados por habitante del mundo, y asegura estar desbordado. Podrán solicitarse en los pasos fronterizos.
Entre los afectados, confusión e inquietud.

“Soy refugiado reconocido por Naciones Unidas”, cuenta este hombre. “Tengo un hijo en edad militar que no puede entrar. Puedo ir a Siria y hacerle los papeles, pero me pregunto si luego podré volver”.

“No entiendo el tema del visado”, comenta esta refugiada. “Creo que funcionará durante tres meses sin problemas y que luego todo irá bien. Solo queremos que se resuelva la situación en nuestra región, Guta, para poder volver”.

Se expenderán seis tipos de permiso, entre ellos el de turista, para el que habrá que disponer del equivalente a mil dólares, el de estudiante, el médico y otro de cuatro días que exige que un libanés se haga responsable del visitante.

Muchos de los refugiados sirios malviven en las zonas más pobres del Líbano, en campamentos o edificios abandonados, pidiendo limosna.