La comunidad internacional observa incrédula y preocupada la situación de violencia que afecta a México, América Central y a otros países de América Latina. Todo esto por la presencia del crimen organizado, pero también por factores relacionados como la corrupción y la debilidad del Estado de Derecho. Y si a todo esto se suman las desigualdades socioeconómicas, la situación se agudiza.