Las autoridades locales estiman que seis millones de fieles han abarrotado el parque Rizal de Manila para escuchar las palabras del Pontífice.
Una homilía que ha coincidido con la festividad del “Santo Niño” del que los filipinos son muy devotos.
A pesar de la incesante lluvia, cientos de miles de personas han pasado la noche en el recinto para asegurarse una plaza.
Unos 25.000 policías se han desplegado en el parque para evitar avalanchas; uno de los principales temores de las autoridades filipinas.
Antes de la misa, el papa mantuvo un emocionante encuentro con los jóvenes en la universidad de Santo Tomás de Manila en el que una niña que, durante años vivió en la calle, leyó un duro testimonio sobre la vida de los menores abandonados en Filipinas.
Glyzelle Palomar rompió a llorar al preguntar al pontífice: ¿Por qué Dios permite estas cosas? El papa Francisco dejó de lado el discurso que tenía preparado e improvisó el español: “Presten ustedes atención. Ella hoy ha hecho