Casi diez millones de griegos están convocados a las urnas en estas elecciones legislativas que podrían redefinir las relaciones de Atenas con la Unión Europea.
Se desconoce aún si Samarás, la continuidad, o Tsipras, el cambio radical, conseguirán la mayoría absoluta, 151 escaños, o tendrán que formar coalición con algún partido minoritario.
Entre ellos destaca el socialdemócrata Pasok, con una expectativa de voto del 6 por ciento, en pugna con los neonazis del Amanecer Dorado, cuyo dirigente se encuentra en la cárcel. El centrista To Potami también aspira a un tercer puesto.
“Tengo hijos pequeños y trabajo”, dice este hombre. “Tengo miedo a perder algo. Esta vez es diferente, todos piensan en sí mismos. No creo que las cosas mejoren con el nuevo Gobierno”.
“Voto pensando en un gran cambio. Habrá un nuevo Gobierno que se deshará de papeleos y austeridad. Voto a Syriza”.
“He votado por alguien que no está en el Gobierno. No ha robado dinero al país, no nos ha engañado, alg