El gigante del gas ruso sucumbe por dos razones fundamentales. La crisis ucraniana y la reducción del precio del petróleo. Si vemos los datos correspondientes a los nueve primeros meses del año pasado, los beneficios de Gazprom caen un 35% hasta los 556.200 millones de rublos (algo más de 7.100 millones de euros). Pero si nos fijamos en el beneficio neto del tercer trimestre, la caída es más drástica, alcanza el 61%. La suspensión temporal de las entregas a Ucrania, uno de sus grandes clientes, por la disputa sobre el precio del gas, lastra las cuentas de Gazprom.