Este 31 de enero se han cumplido 35 años desde la quema de la embajada de España en Guatemala en 1980. La mayoría de las víctimas eran campesinos de Quiché (norte) que llegaron a la capital guatemalteca para denunciar los atropellos de los que estaban siendo víctimas por parte del Ejército.
Tras encerrarse en la sede diplomática, la Policía recibió la orden de proceder al desalojo. La acción la ejecutaron con una fiereza descontrolada desoyendo las peticiones del embajador, quien suplicaba a los comandos policíacos que se alejaran del recinto. En total murieron 37 personas.
La espera y la lucha ha sido muy larga, pero recientemente conocíamos la noticia de que el jefe del comando policíaco que entró en la sede diplomática a sangre y fuego, Pedro García Arredondo, era condenado a 90 años de prisión.
El tribunal encontró al acusado culpable de asesinato en grado de tentativa y de delitos de lesa humanidad. Las víctimas han acogido esta realidad con una mezcla de emoción, satisfacción pero también dolor. Lo consideran un avance pero siguen reclamando más justicia.
Invitados:
Yago Pico de Coaña, exembajador de España ante la ONU
Sofía Duyos, abogada experta en derechos humanos