El acto de caminar sobre las brasas viene de antiguo. Desde hace miles de años, se venía realizando como un ritual o acto religioso practicado por diversas culturas, desde la hindú hasta la bosquimana. Con los años, su significado ha ido cambiando en la mayor parte del globo y, en la actualidad, se recurre a tan extraña caminata como simple espectáculo, como demostración de un fenómeno paranormal o en extraños y acientíficos cursos de superación personal mediante Programación Neurolingüística.
El mito básico que rodea al acto de caminar sobre las brasas es esencialmente el mismo: El poder de la mente o del cuerpo humano impiden que se produzcan daños en los pies al pasar sobre el ardiente camino. Por tanto, de no tener el suficiente poder, los pies sufrirían las dolorosas consecuencias en forma de quemaduras.