Francesco Schettino ha sido considerado culpable de homicidio por el naufragio del barco en el que murieron 32 personas en enero de 2012.

El presidente del colegio de jueces dictaminó esta condena, inferior a la solicitud de la Fiscalía, que pedía 26 años y tres meses de prisión.

Schettino estaba acusado de haber acercado demasiado el Concordia a la costa para efectuar el “inchino”, una maniobra para ofrecer a los pasajeros una mejor vista de la isla de Giglio.

Schettino ha reconocido su responsabilidad en el naufragio pero no en la muerte de los pasajeros, también, se ha quejado de que se haya ignorado la responsabilidad de otros miembros de la tripulación y de los dueños del barco. Ahora tiene la posibilidad de apelar la sentencia.

El 13 de enero de 2012 el crucero que comandaba se salió de la ruta establecida, chocó contra unas rocas y se hundió parcialmente. Murieron 32 de las 4.229 personas que iban a bordo.

La Justicia, también, le ha condenado también por haber abandonado