Para algunos investigadores, la curvatura anormal que presenta la columna de Lucy, quien vivió hace 3,2 millones de años, es una evidencia de las que se conocen como las “cicatrices de la evolución”; es decir, todas aquellas afecciones que padecemos por caminar erguidos y tener la anatomía que hoy nos caracteriza como Homo sapiens sapiens. La posición vertical de la espina dorsal trajo consigo dolores de espalda, hernias y fracturas de disco. Latimer asegura incluso que los seres humanos somos la única especie que padece de escoliosis (desviación de la columna vertebral), hiperlodosis (aumento de curvaturas lumbar y cervical) y jorobas.
Cuando nacemos, nuestra columna tiene forma de arco, pero cuando empezamos a sostener la cabeza (a los cuatro meses de edad, como promedio) se forma la curva del cuello. Al comenzar a caminar se forma una curva hacia delante en las partes inferior y superior de la columna.