El banco central de Suecia sitúa su tipo de interés en el 0,10 por ciento negativo, al igual que ya habían hecho anteriormente Suiza y Dinamarca. En una decisión inesperada, el Riksbank decidió rebajar este tipo en diez décimas desde el cero por ciento actual. Una medida que debe mantenerse hasta el segundo semestre de 2016. Su objetivo es evitar la deflación, cuyo riesgo se ve acentuado por la debilidad económica europea.
Simultáneamente, el organismo puso en marcha un programa de compra de deuda pública de diez mil millones de coronas suecas (unos mil millones de euros), en la línea de lo que ha empezado a hacer el mismo Banco Central Europeo. El Riksbank no descarta incluso un programa de préstamos a las empresas a través de los bancos.
La inflación en Suecia se halla en un exiguo 0,1 por ciento y lleva en niveles bajos desde 2012. Pese a ello, se espera un crecimiento este año en el país del 2,3 por ciento.