Así lo ha hecho público este lunes la compañía de seguridad rusa, Kaspersky. Un caso en el que también trabajan la Interpol y la Europol.
Los ciberpiratas, procedentes de Rusia, Ucrania, China y varios países europeos robaban a la propia entidad, en vez de lo que era habitual hasta ahora, que era robar en las cuentas de los clientes. Lo llevaban haciendo desde 2013 sin levantar sospechas, ya que simulaban que se trataba de operaciones realizadas por sus empleados.
La banda Carbanak se infiltraba en la red e imitaba las actividades de la entidad llegando a robar en torno a diez millones de dólares de cada banco. Los ataques, estudiados al milímetro, demoraban entre dos y cuatro meses.