Nos adentramos en Petare, un gigantesco barrio donde viven un millón y medio de personas. Aquí sí que se pueden comprar productos como leche, azúcar o papel higiénico, pero a un precio mucho más elevado que en los mercados donde el Estado distribuye estos productos que escasean. Somos testigos del mercado negro de bienes de primera necesidad. En este mercado negro los productos cuestan un 200% más caro, pero es la manera más directa, sin necesidad de hacer cola, de conseguir harina, leche o aceite. Tuvimos que abandonar la zona escoltados por la policía municipal.