Considerados en el pasado como un acto de vandalismo, hoy los grafitis
que lucen en los edificios y muros de Bogotá son más que bienvenidos por las autoridades de la capital colombiana.
El color se ha ido apoderando poco a poco de la ciudad y hoy es una de sus principales atracciones turísticas.
“Por muchas normas que haya y por muchas leyes que aprueben, el grafiti siempre existirá. Siempre habrá gente que no esté de acuerdo
con muchas cosas y lo va a expresar por medio del grafiti ya sea legal, ilegal o vandálico”, explica el artista urbano Edgar Russi.
“Se ha utilizado como herramienta de cambio. El grafiti, el arte urbano, se utiliza para transmitir un mensaje, para convencer, para cambiar
el día a día de la gente allí por donde pasa”, asegura otro artista, Nicolás Castro.
Tras la muerte del escritor colombiano Gabriel García Márquez el año pasado, las autoridades de Bogotá encargaron a los grafiteros un inmenso mural.
El trabajo de estos artistas ha sido objeto de var