Simbólica protesta en Brasil tras la muerte, la semana pasada de varias personas, entre ellas un niño de diez años, durante un operativo policial en el Complexo do Alemao, un conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro.
La marcha discurrió en silencio por la Avenida Atlántica, la principal de la turística playa de Copacabana.
“Exigimos al Gobierno que la policía no use las armas contra la población civil. La gente de bien, los niños, merecen un respeto”, señala una activista. “El mismo respeto que se da para los ricos tiene que ser dado para estas comunidades, así como para las favelas, donde la gente no tiene a quién acudir”.
Los hechos han levantado una gran polvareda en el país. La presidenta Dilma Rousseff, ha ordenado esclarecer los hechos y castigar a los culpables, mientras que el gobernador de Río de Janeiro, si bien ha lamentado la pérdida de vidas humanas, ha advertido que la presencia de la Policía Militarizada en el lugar debe continuar.
Todo ello mientra