Esta noche, a las nueve, hora local, pondrán fin al paro con el que reclaman una subida salarial del 5%, trabajar una hora menos a la semana y otras mejoras laborales.

Dos de cada tres trenes, incluidos los de cercanías, están paralizados, afectando a millones de pasajeros.

“Es comprensible que quieran ganar más dinero, pero para los que nos vamos de vacaciones, podría haber sido un problema, ya que casi perdimos nuestro vuelo. Afortunadamente pudimos tomar un tren belga”, explicaba uno de los usuarios.

Los paros se han extendido igualmente a los trenes de mercancías, que no circularán hasta la mañana del viernes, ampliando las pérdidas.

“Cada día de huelga le cuesta a Deutsche Bahn hasta diez millones de euros. Ese es el daño financiero, pero el daño a nuestra imagen también es igualmente serio”, decía al respecto Achim Stauss, portavoz de Deutsche Bahn, compañía pública de ferrocarril del país.

La Federación de la Industria Alemana (BDI) y la Confederación Alemana de Comer