Katmandú, 28 abr (EFE).- (Imagen: Noemí Jabois) Decenas de cadáveres son incinerados a diario desde el domingo en Pashupatinaths, emblemático lugar de cremación de Katmandú, donde las familias aguardan su turno para despedir con los ritos hindúes a las víctimas del terremoto que el sábado azotó Nepal dejando más de cuatro millares de fallecidos.
En Pashupatinaths,el lugar hindú más sagrado del país, cada cuerpo es quemado sobre una pila de madera sobre una de las 15 escaleras de acceso al río, adonde luego se tiran las cenizas de los fallecidos.
Nepal continúa trabajando con sus escasos medios para encontrar supervivientes del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, que el sábado asoló la nación de los Himalayas.
El país asiático afronta un desastre que supera los 5.000 muertos y 8 millones de damnificados, mientras la ayuda internacional se empieza a distribuir e intenta llegar a las zonas de montaña que quedaron aisladas.
Desde hoy, los nepalíes guardan tres días de luto por los 5.057 fallecidos, 10.915 heridos y 454.769 desplazados que, según el último recuento ofrecido por el Centro Nacional de Operación de Emergencia, ha dejado el seísmo.
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