Tras el repliegue de los islamistas de Boko Haram perseguidos por la coalición africana, los refugiados nigerianos se encuentran al volver a casa con lo que queda de sus pueblos.

En la destartalada, Michika, insólita capital del estado por su abandono y ausencia de infraestructuras y servicios, abundan ahora las ruinas y casas quemadas tanto como la ausencia de alimentos.

Una de las vecinas explica cómo viven: “Aquí no hemos vuelto aún a la normalidad. Las cosas son difíciles. Antes vivíamos en paz y teníamos una carretera, pero ahora ya no hay ninguna carretera. Han destruído los puentes. Antes los comerciantes traían sus productos al mercado, pero ahora aunque hubiera clientes no tienen caminos para traer mercancía. Los puentes están rotos y aquí ya no hay gente para comprar nada; ahora se lo llevan todo a Mubi. Estamos sufriendo mucho”.

Los ejércitos de Nigeria, Chad, Camerún y Niger se coaligaron para combatir al grupo islamista Boko Haram. Hoy los milicianos yihadistas se