Estas son las dos caras más visibles del nuevo e inédito paisaje político español tras las elecciones del domingo. Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona.
Ambas encabezan plataformas ciudadanas apoyadas por Podemos, rama política de los indignados.
El Partido Socialista podría gobernar ciudades y comunidades autónomas con su apoyo. Su líder Pablo Iglesias pone condiciones.
“Nuestra línea de trabajo es muy clara. Nosotros tenemos la mano tendida pero quien quiera entenderse con nosotros tiene que asumir que hay que hacer políticas distintas a las que se han hecho hasta ahora”.
Mientras el gobernante Partido Popular analiza fallos en la comunicación y la necesidad de renovación interna. Ha sido el más votado, pero con 2 millones y medio de papeletas menos que en 2011. Necesita el apoyo de la otra fuerza emergente, los centroliberales de Ciudadanos, para retener al menos uno de sus grandes feudos, la Comunidad de Madrid.
Albert Rivera, su presidente, repite que no es la