Su nombre es Alan, tiene 9 años y aunque apenas pasa el metro de estatura, tiene el sueño de ser un gran basquetbolista. Este pequeño, que coge el balón como si la vida se le fuera en ello, es uno de los 700 niños que la Fundación Telefónica ha congregado en el colegio rural San Ignacio de Loyola, ubicado en Andahuaylillas, distrito de Quispicanchis, Cusco.