Una vez tenemos el agua sobreenfriada (que no congelada), el golpe a la botella genera una leve cantidad de energía que junta las moléculas del líquido elemento y da lugar a la formación de los cristales de hielo, los cuales formarán una reacción en cadena por toda la botella. Ojo al sacar la botella del congelador, pues cualquier golpe brusco da lugar a la reacción.
Video cortesía de La Patilla