Varios activistas por los derechos de los animales han intentado protestar delante del Ayuntamiento de esta ciudad del sureste del país. Varios empleados gubernamentales y vecinos han intentado acallar las voces, aquí minoritarias, contra la celebración de este popular evento.

“Esos gatos y perros son robados. ¿Por qué se permite que esa gente cometa crímenes contra la salud pública y contra los animales?
En vez de luchar contra ello vienen y nos arrancan nuestras pancartas”, se queja Maggie Chen, activista por los derechos de los animales.

En los diferentes mercados de Yulin, los comerciantes defienden esta tradición que no está estigmatizada en China.

“Estas críticas no tienen lógica, ustedes comen filetes, ¿no?, entonces, ¿cómo se lo tomarían si les dijéramos que dejaran de comerlos?”, asegura un comerciante.

Entre las críticas que vierten los activistas está la de la forma en la que los animales son sacrificados, a veces con la ayuda de veneno que permanece en la carne y pued