Los caballitos de mar son peces de lo más peculiares por muy diversos motivos. Poseen las mandíbulas fusionadas, lo que le da a la boca una apariencia de tubo alargado. Carecen de aleta caudal, poseyendo en su lugar una cola alargada y prénsil que les permite vivir sujetos al coral. Su nado, lento y algo torpe, lo realizan con ayuda de su pequeña aleta dorsal, que pude llegar a ondularse en el impulso a la velocidad de unas 3 o 4 veces por segundo. Se comunican entre sí mediante unos chasquidos de muy baja frecuencia, y quizá lo más singular de todo sea el hecho de que es en el interior del macho donde se gestan los huevos, en su bolsa incubadora, donde son introducidos por la hembra una vez fertilizados, y donde permanecen hasta el momento de la eclosión.
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