Christian Taylor tenía 19 años e iba desarmado cuando murió por el impacto de una bala después de que se recibiera un aviso de que, supuestamente, estaba conduciendo un vehículo robado a una franquicia de Arlington, en Dallas.
“Es igual de importante para la investigación saber que lo ocurrido no es algo aislado, sino que ha pasado porque nuestro país mantiene un pulso por la justicia social; contra la desigualdad, el racismo y la conducta inapropiada de la policía. Son temas importantes por su impacto en las comunidades que componen nuestra nación. Prometemos actuar de forma transparente, haciendo un esfuerzo para paliar estas preocupaciones”, aseguró Will Johnson, jefe local de la policía de Arlington.
La muerte de Taylor, dos días antes de que se cumpliera un año del fallecimiento de Michael Brown en Ferguson, otro joven negro que fue disparado por un policía local, muestra los escasos avances para mejorar la relación de las fuerzas del orden con esta comunidad.
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