La policía tailandesa busca a un joven moreno con rasgos asiáticos como posible autor del atentado que el lunes sacudió Bangkok. Las cámaras de seguridad captaron a un chico de camiseta amarilla que abandonó una mochila en el santuario religioso de Erawan pocos minutos antes de que hiciera explosión la bomba, que mató a una veintena de personas. La mayoría de las víctimas eran extranjeras. Una de ellas era europea. Procedía del Reino Unido.

Más de 10.000 efectivos de seguridad han sido desplegados en numerosos controles.

Una turista suiza cuenta que su familia le envió mensajes preguntando si estaba bien porque habían oído la noticia. “Estoy bien, pero esto es espantoso. Sucedió algo muy peligroso y nadie sabe quién fue”, dice.

Otro turista australiano explica que se encontraba cerca del lugar de la explosión, a unos 50 metros, cuando oyó un fuerte ruido. “Me volví y vi a gente gritando que empezaba a correr”, relata.

Un día después del peor atentado sufrido en el país, una