Tan solo en seis días de agosto han llegado a esta isla diez mil sirios que huyen de la guerra.
Familias enteras con niños pequeños y sus abuelos se muestran felices por un momento. Han sobrevivido a la travesía por la que han pagado, muchos de ellos, todos sus ahorros.
Uno de los refugiados explicó a Euronews recién desembarcado en la isla: “No hay trabajo ni vida, solo guerra. Necesitamos tener una vida, eso es lo que nos hace falta. Necesitamos vivir y no hay vida en Siria”.
Como explica el enviado especial de Euronews, Apostolos Staikos “cada uno de los refugiados que ha llegado a la isla ha pagado tres mil dólares para ir desde las ciudades turcas de Aivali y Canakkale a Lesbos. El viaje ha durado unas dos horas y media. Les estaban esperando voluntarios para ofrecerles agua y comida”.
En la playa quedan chalecos y lanchas como si dejaran atrás la piel de otra vida de la que han visto obligados a huir. A partir de aquí la ilusión de la llegada y de haber sobrevivido se dil