Las bolsas chinas no salen de los números rojos, a pesar de las nuevas medidas tomadas por las autoridades. El parqué de Shanghái volvió a caer este miércoles por quinta sesión consecutiva, aunque fuera de forma más moderada. Se dejó un 1,3 por ciento. La jornada vivió una auténtica montaña rusa porque, a media hora del cierre, el índice general aun ganaba un cuatro por ciento. Signo de la volatilidad de los intercambios y del nerviosismo de los inversores.
“Es algo que siempre pasa cuando hay un cambio en el tiempo económico”, opina desde Hong Kong el analista Enzio Von Pfeil. “Todo se vuelve muy turbulento. Es como cuando hay un vendaval antes del tsunami. Y, entonces, las cosas golpean. Y, luego, está el tipo de interés en septiembre en Estados Unidos y el recorte en China”.
Efectivamente, el banco central chino volvió a recortar el martes en un cuarto de punto el tipo de interés y también se anunció una inyección de 21.000 millones de euros en el sector financiero. Pero, en una