La inflación en la eurozona se mantiene estable en el 0,2 por ciento, según una primera estimación de Eurostat de agosto. Los precios al consumo siguieron en esta baja inflación, debido a la continua disminución de los precios energéticos. En todo caso, es mejor de lo esperado por los economistas. Si los precios no bajaron más es porque los sectores de los servicios y de la alimentación registraon sus mayores subidas anuales.
Si solo se tiene en cuenta la inflación subyacente, que excluye la energía, los productos alimentarios, bebidas alcohólicas y tabaco, esta sube hasta el uno por ciento. Este jueves, se reúne el Banco Central Europeo que tiene como objetivo un dos por ciento de inflación general.