La violencia no cesa en Turquía. Al menos 14 policías turcos han muerto en un atentado perpetrado por las milicias del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Los agentes viajaban en un microbús cerca del paso fronterizo de Dilucu que comunica Turquía con Azerbaiyán, muy cerca de la frontera con Irán, cuando una bomba estalló mediante control remoto.
Asimismo, el PKK ha acabado con la vida de otro policía que viajaba en su coche por la carretera de Erzincan a Tunceli, en el centro oriental del país.
Antes más de 50 cazas turcos bombardearon una veintena de objetivos del PKK en el norte de Irak.
“No hemos dejado ni dejaremos nuestro futuro en manos de los terroristas, ni de miembros de una organización de traidores”, expresó el presidente Recep Tayyip Erdogan.
El pasado domingo, un ataque que llevaron a cabo las milicias del PKK con minas contra un convoy militar causó la muerte de 16 soldados turcos en Daglica, en la provincia de Hakkári, fronteriza con Irak.