Pues ahora resulta que le lavaron el cerebro a Hitler y que el culpable de todo lo que pasó, fueron los palestinos.

Que el culpable del exterminio de los judíos en Alemania, que el culpable del nazismo, del holocausto, que el culpable de lo que derivó en la Segunda Guerra Mundial, que el culpable de los campos de concentración, pues no fue Adolfo Hitler, sino Haj Amin al-Huseini, el gran muftí de Al-Quds (Jerusalén) de aquel entonces, un palestino que le pidió al Führer que exterminara a los judíos.

Todo esto, es la idea descabellada que ahora trae en la cabeza el primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, y que parece ser que con eso quiere justificar, incluso espiritualmente, toda la sangre que se ha derramando con el asesinato de miles de palestinos.

Netanyahu dice que en aquel entonces, Hitler quería expulsar a los judíos pero que los palestinos lo convencieron de que no lo hiciera, porque entonces migrarían, que lo mejor era quemarlos.

Este es justo el problema, porque en medio de estas ideas que parecen rayar en la demencia, hoy, la violencia y la muerte contra los palestinos cada 24 horas se pone peor en los territorios ocupados por régimen de Israel, la Cisjordania ocupada, la Franja de Gaza.

En las últimas dos semanas más de 50 muertos y 2 mil heridos. Régimen de Tel Aviv no cesa con su intento de aplastar la libertad palestina y de judaizar uno de los lugares más sagrados de los musulmanes, la Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds.

El mundo en su mayoría sabe que la razón asiste a Palestina y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo confirma, explica que el problema es la ocupación asfixiante y humillante que hace régimen israelí (vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson).

Pero régimen de Israel no hace caso, su violencia y la furia por la injusticia de los palestinos, preparan la Tercera Intifada. 9 israelíes han muerto apuñalados. Y las facciones advierten que quieren ya que régimen de Israel se retire.