La ofensiva para recuperar Sinyar es seguida de cerca por quienes huyeron de la región por miedo a las represalias del Estado Islámico. En un campo de refugiados yazidíes próximo a Diyarbakir, en Turquía, se respira el miedo. A pesar de vivir en condiciones de miseria, nadie quiere volver todavía:
– “Mataron a todos nuestros niños y hombres, secuestraron a nuestras mujeres”, comentaba una joven. “Tenemos miedo de volver. No hay paz en ese pueblo. Demolieron nuestras casas. No nos queda nada allí. Debería haber un entorno seguro para que pudiéramos volver. De lo contrario no podremos hacerlo. Por eso no queremos hacerlo todavía”.
Calificada por la ONU como intento de genocidio, la ofensiva del grupo Estado Islámico abrió profundas heridas en la minoría yazidí, heridas que tal vez no se cierren nunca.