La noche del pasado sábado al domingo activistas pro-Ucrania dinamitaron las torres del tendido eléctrico que abastecen a esta península, anexionada por Rusia pero dependiente aún del país ucraniano a nivel energético. De momento, según Kiev no han podido ser reparadas, por lo que tareas cotidianas como repostar requieren ahora más dedicación para sus habitantes.

“Casi no hay gasolineras que funcionen en Sebastopol. Apenas lo hacen dos o tres y eso hace que las cosas sean difíciles. Pese a ello, seguimos firmes, no hay vuelta atrás”, explica un residente.

Rusia es por ahora incapaz de abastecer al que considera su territorio y trabaja en un sistema de suministro que atraviese el golfo de Kerch. De momento Crimea funciona con estaciones gas y generadores portátiles, algo insuficiente.

Mientras las autoridades ucranianas defienden que los activistas siguen bloqueando la zona saboteada, por lo que no pueden acceder a las torres dañadas y repararlas.