Este lunes comienza en París la Cumbre del Clima 2015, COP 21, donde se examina la voluntad política mundial para frenar una verdadera catástrofe: el clima muta a una velocidad indetenible como efecto inequívoco de los gases invernadero alimentados por el modelo económico-industrial que se ha ido expandiendo cada vez más.

Mantener el calentamiento global por debajo del umbral de 2°C es uno de los principales temas que se debatirán en el encuentro en la capital francesa, en el que participan más de 190 países.

Con el objetivo de llamar la atención de los políticos que se reunirán en la COP21, este domingo en Madrid diversas organizaciones sociales y medioambientales han salido a la calle para exigir medidas que aseguren la supervivencia en el planeta.

Los participantes han querido llamar la atención sobre algunas de las principales consecuencias del cambio climático, que en muchos casos ya hemos empezado a constatar y cuya agudización depende directamente de la acción humana: hambre, desplazados, conflictos, estrés hídrico, extinciones; una larga lista de impactos previstos por la ciencia, globales o locales, directos o indirectos.

Según han insistido los convocantes de la Marcha, si los políticos se ponen de acuerdo en París con un conjunto de normas a seguir para avanzar en materia de cambio climático, aunque no sea suficiente para evitar un mayor calentamiento global, habrá aún esperanza de implementar medidas adicionales con fin de detener las emisiones.

Para Javier Andaluz, responsable de Cambio Climático en la ONG ‘Ecologistas en Acción’, “es fundamental que los gobiernos se pongan de acuerdo con un compromiso vinculante para de esta forma acabar con los efectos del cambio climático que estamos viviendo”.

Según Rubén Herrero de Castro, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, las grandes potencias participantes “se comprometerán en lo posible pero no se meterán en ninguna aventura energética”.

Por su parte Juan Tortosa, periodista y analista político, cree que “si efectivamente no estuvieran a punto de saltar las alarmas, la cumbre de París no sería importante”.

Por último para Manuel Llamas, periodista, “el cambio climático es una filfa, y en caso de imponerse irá en contra de los países más pobres”.