Como pronosticaban las encuestas, el conservador y exlíder del Partido Social Demócrata, Marcelo Rebelo de Sousa, será el próximo ocupante del Palacio de Belém con un 52% de los votos. Y también tal y como se preveía, la abstención en las elecciones de este 24 de enero alcanzó entre el 50 y el 52%.
La figura presidencial en Portugal desempeña un papel clave, tanto en el engranaje político como en el plano institucional, ya que es la máxima autoridad del Estado y el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Esa condición le otorga competencias para vetar leyes, convocar elecciones y hasta disolver el Parlamento.
Esta nueva cita con las urnas ha tenido lugar solo dos meses después de que un gobierno socialista asumiera el poder con el apoyo del Partido Comunista, el Bloco de Esquerda y Los Verdes.
La complejidad de ese escenario político está marcada especialmente por la mirada de la troika que exige al país rebajar el déficit después de haber enviado 78 millones de euros para evitar el ‘default’.
Así las cosas, el primer ministro Antonio Costa hace malabares para atender los requerimientos de Bruselas sin saltarse las líneas rojas que imponen sus alianzas con fuerzas de izquierda.
INVITADOS:
Anderson Vieira, politólogo
Rubén Herrero de Castro, profesor de Relaciones Internacionales de la UCM
Juan Tortosa, periodista y analista político
Ángeles Villacastín, periodista