Decenas de artesanos bolivianos trabajan arduamente desde el mes de noviembre para entregar los encargos de las comparsas o fraternidades que participarán en la mayor fiesta del país: el carnaval de Oruro. Cada artesano especializa su trabajo a una pieza del traje tradicional, las cuales unidas resultan en una explosión de texturas y colores, un vestuario que puede llegar a costar hasta dos mil dólares. teleSUR