Y finalmente llegó la víspera del esperado 16 de febrero. Toda la comunidad de juegos de lucha y los aficionados que alguna vez disfrutaron de combates entre Ryu y Ken en los más de 25 años de historia de esta saga, tienen motivos para estar felices porque este regreso, este Street Fighter 5, es un título de lucha creado de manera muy inteligente, como apuesta de futuro, nada excluyente con el nuevo público menos dedicado pero sin descuidar el aspecto competitivo, y con un tremendo respeto a la herencia de unos iconos que han trascendido a la cultura pop.

Street Fighter V llega con una ambición tremenda. Abandera un nuevo modelo de negocio, por temporadas, incorporando contenido de forma gratuita, desbloqueable, de pago, nuevos personajes, modos y temporadas a futuro que lo alejan del viejo modelo por expansiones que tanto irritó al usuario. Jugablemente estamos ante el título de lucha que lo tiene todo para dominar la presente generación, con buenos añadidos, revisiones del sistema de combate, accesibilidad, profundidad y especialmente divertido. Y longevo gracias a los modos online, las ligas y rankings. Aunque toda esta estrategia, muy bien planeada y llevada con acierto, a fecha de hoy nos deja francamente fríos en cuanto a lo que Capcom nos ha preparado en el lanzamiento: faltan modos para un jugador, el online no funciona mejor que en la beta 4 y presenta serios problemas, y se nos invita a esperar a marzo para recibir la primera actualización con más modos individuales, mejora de los lobbys y modo espectador, antes de que llegue junio con el modo historia cinemático donde se narren los acontecimientos que aquí suceden.