Kazajistán debe afrontar la caída de los precios del petróleo y las consecuencias sobre su economía.
El crudo representa casi el 60 por ciento de las exportaciones de Kazajistán.
Con una moneda devaluada y una inflación de un 15%, el Gobierno trata de controlar la crisis diversificando su economía y alentando a las PYMES.
Para Amina Serzheva, florista en Almaty, es difícil llegar a fin de mes, pues la devaluación de la moneda ha reducido drásticamente sus ingresos.
“Si no consigo un préstamo, difícilmente podré ampliar mi negocio y abrir una tienda. Tengo muchos gastos, he de pagar la hipoteca, por lo que me es imposible ampliar mi comercio.”
Igor Ilyinsky dirige una pequeña empresa textil. Su taller tiene seis empleados. Ilyinsky no cuenta con los bancos, ni piensa en pedir un crédito, sino que apuesta por el acuerdo entre Rusia, Kazajistán y Bielorrusia para conquistar nuevos mercados.
“En este momento la situación ha cambiado. Existen ayudas del Ayuntamiento y del gobi