Pese a que la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, ha sido enfática en decir que no ha renunciado y que jamás lo hará, un sector insiste en hacerse del poder a toda costa, incluso por vías no legítimas. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el segundo con mayor representación en la cámara Baja del Congreso, publicó un plan de trabajo que desmonta los programas sociales del Partido de los Trabajadores, aplica recortes al gasto público y propone privatizaciones. teleSUR