Muchos de los habitantes de Esmeraldas, una de las ciudades más dañadas por el terremoto de magnitud 7.8 grados Richter, duermen en la calle ante el temor de que sus hogares se desplomen. La población de la capital de la provincia del mismo nombre es afrodescendiente en su gran mayoría, y muchos de ellos pernoctarán sin luz eléctrica. teleSUR