Lección 5 | Miércoles 27 de abril 2016 | Cuando la batalla se vuelve peligrosa | Escuela Sabática
Miércoles 27 de abril
CUANDO LA BATALLA SE VUELVE PELIGROSA
Como ya vimos, las palabras de Jesús en Mateo 11:12, aunque demasiado profundas, revelan el hecho de que el Reino de Dios no se establecerá sin una lucha o una contienda. Esa lucha, entendemos, es el Gran Conflicto, que ha estado librándose en el pasado, todavía continúa, y seguirá hasta la destrucción final del pecado, de Satanás y de los perdidos. A veces, puede llegar a ser muy peligrosa.
En el contexto de lo que Jesús mismo dijo en Mateo 11:12, vemos ver la realidad del Gran Conflicto y de cuán peligrosa puede llegar a ser.
Lee Mateo 11:1 al 12. ¿De qué forma vemos la realidad del Gran Conflicto, que se desarrolla aquí en diversos niveles? Es decir, ¿de qué modo la noción del Gran Conflicto nos ayuda a comprender lo que está sucediendo aquí?
Para comenzar, ¿quién creemos que inspiró a los dirigentes a poner a Juan en la cárcel? Podemos ver aquí el intento de Satanás no solo de detener a Juan, sino también de desanimar a Jesús. Después de todo, si Juan, el precursor de Jesús, encontró ese destino, ¿qué podía esperar Jesús mismo?
Además, no hay dudas de que Satanás podría haber logrado que los seguidores de Jesús y de Juan se preguntaran: Si este Jesús de Nazaret puede hacer tantas cosas maravillosas y tiene tanto poder, entonces, ¿por qué permite que un hombre tan fiel y bueno como Juan, su primo, se pudra en una cárcel?
Más aún, ¿quién crees que estaba poniendo dudas en la mente de Juan? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué él no me libera? Por eso, no asombra que preguntara: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” (Mat. 11:3). Recuerda: este es el mismo Juan que bautizó a Jesús, que “vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él” (Mat. 3:16), y que había oído la voz del Cielo que declaraba: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mat. 3:17). No obstante ahora, después de todo lo que le había ocurrido, se llenó de dudas. Y por supuesto, por mala que fuera la situación de Juan, se volvería peor (por lo menos a corto plazo), lo que aumentaría sus dudas (Mar. 6:25-28).
Si algo te está haciendo dudar ahora, ¿en qué te puedes concentrar, meditar y orar, que expulsará las dudas y te ayudará a ver todas las razones maravillosas que tienes para confiar en la bondad de Dios?