DOS
Este globo feraz y complaciente
donde hasta el Sol enamorado brilla
tiene en los hombres la feroz pandilla
que maltrata su rostro impunemente.
Mares hondos y selvas sin orillas
aprisionan su croquis rudamente,
y en su dorso, doblando la rodilla,
una turba de hienas inclementes
besándole a la muerte los talones.
Pero todo tendrá su fin un día,
cuando termine la mortal querella
y no sangre su vientre a borbotones.
Habrá paz de verdad, no fantasía
en noche oscura sin ninguna estrella.