Para usar Snapchat, primero debes darte de alta como usuario. Pones tu correo y contraseña, eliges un nombre de usuario libre y ya estás listo para enviar fotos que se auto-destruyen. Las fotos se pueden enviar únicamente a contactos que estén en Snapchat. Los verás en la agenda de contactos de la aplicación. Puedes añadir nuevos usuarios mediante invitación. El paso siguiente es tomar una foto con la cámara. Esta se puede descargar en el móvil antes de enviarla, y también puedes dibujar sobre la misma. Finalmente, debes definir durante cuántos segundos se verá la foto (entre uno y diez). La foto se puede enviar a uno o más contactos de tu agenda (también a ti mismo). Quien la reciba, podrá elegir cuándo abrirla. Una vez abierta la foto, empieza la cuenta atrás. Al agotarse el plazo de visionado, Snapchat elimina la imagen y el tú ya no podrás acceder a la misma. Lo único que queda es una huella en el historial, que te dice quién te envió un mensaje y cuándo. ¿Y si no la abres nunca? A los treinta días, será Snapchat quien la borre del servidor.