En su viaje a Londres en abril pasado, el presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró que el brexit pondría al Reino Unido a la cola del tratado de comercio. Ahora el Gobierno estadounidense recalca que “las razones económicas y estratégicas siguen siendo fuertes” para llevar adelante las negociaciones del llamado Acuerdo de Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión pese a la decisión de los británicos de abandonar el bloque europeo.
El representante de Comercio Exterior del gobierno de Barack Obama, Michael Froman, responsable estadounidense de las negociaciones sobre el TTIP ha recalcado que “La importancia del comercio y la inversión es indiscutible en nuestras relaciones tanto con la UE como con el Reino Unido. Las razones económicas y estratégicas siguen siendo fuertes”.
La negociación en secreto del Acuerdo Trasatlántico ha provocado protestas en toda Europa. Los detractores del Tratado le achacan una merma del poder legislativo y judicial en cada país frente a un tribunal especial que se formaría para supervisar el Tratado y que podría eliminar derechos laborales, prestaciones sociales y servicios públicos en Europa.
Los europarlamentarios sufren todo tipo de obstáculos para mantenerse informados como la limitación de tiempo de acceso a documentación de las negociaciones o la prohibición de hacer fotografias y de difundir información. El secretismo de la negociación no ha hecho más que generar una creciente oposición que puede dificultar la aprobación y aplicación del Acuerdo en la Unión Europea.