Ankara tiende la mano a Moscú para dejar atrás sus diferencias. El gobierno turco quiere normalizar las relaciones con Rusia, muy deterioradas desde que el pasado mes de noviembre su ejército derribara un bombardero ruso en la frontera con Siria. El piloto murió y el Kremlin adoptó una serie de sanciones económicas que podrían ser levantadas en las próximas semanas, ya que todo indica que Moscú acepta las excusas de Erdogan.

“En la carta que le he enviado al presidente Putin”, confirmaba el mandatario turco, “le he expresado nuestro malestar por aquel desgraciado incidente y le he recordado nuestro potencial de cara a una coperación regional. Creo que conseguiremos dejar atrás la situación actual, porque va en detrimento de los dos países. Y espero que pronto normalicemos nuestras relaciones”.

Esa carta de la que hablaba Erdogan llegó al Kremlin el pasado lunes. Al mismo tiempo, Ankara está trabajando también para recuperar sus relaciones bilaterales con Egipto, rotas en 2013, y con Israel, tras seis años de desencuentros.