A diario, podemos ver en Twitter o Facebook usuarios que se escudan en sobrenombres o apodos -algunos de ellos no tienen una foto de perfil con sus verdaderos rostros- para arremeter contra algunas personas solo porque tienen diferente color de piel u otra característica física.
Es decir, estos sujetos esconden su identidad para lanzar -de manera cobarde- comentarios racistas en contra de una persona.