Katmandú (Nepal), 3 ago (EFE/EPA).- (Imagen: Narenda Shresta). El líder maoísta Pushpa Kamal Dahal fue elegido hoy primer ministro de Nepal en la primera ocasión en que un comunista repite como máximo dirigente y liderará una coalición de Gobierno inédita entre dos históricos enemigos: el Partido Comunista de Nepal (UCPN-M) y el Congreso Nepalí (NC).
El presidente del Parlamento, Onsari Magar, informó de que Dahal logró el respaldo de 363 de los 573 miembros de la Cámara, asegurándose así la mayoría para convertirse en el sustituto de Sharma Oli, líder del Partido Comunista Unificado (CPN-UML, marxista-leninista).
Dahal, el líder que inició el movimiento guerrillero maoísta que supuso el final de la monarquía en 2008 y que ya fue primer ministro ese mismo año, era el único candidato a reemplazar a Oli, quien dimitió hace diez días tras perder el respaldo de los maoístas en medio de una profunda crisis económica y política que vive el país.
El nuevo Ejecutivo estará formado por los dos grandes enemigos de la guerra que durante 10 años (1996-2006) desangró el país donde un cálculo no oficial cifra en 15.000 los muertos y que acabó con la última monarquía hinduista.
El hoy presidente del Partido del Congreso, Sher Bahadur Deuba, fue primer ministro durante la monarquía y llegó a poner incluso precio a la cabeza del nuevo primer ministro.
Al presentar su candidatura antes de la votación, Dahal mandó un mensaje conciliador a sus exaliados afirmando que, aunque no fue posible formar un Gobierno de consenso en el que estuvieran incluidos todos los partidos mayoritarios, espera que la oposición en el futuro apoye sus "esfuerzos".
"Si soy elegido como primer ministro, trabajaré estrechamente con todos los partidos políticos para resolver muchos asuntos de forma colectiva", afirmó el líder maoísta durante un discurso que se prolongó durante unos 30 minutos.
El UCPN-M tiene 82 parlamentarios y contó con el apoyo del Partido del Congreso, que cuenta con 207 escaños, así como de una alianza de partidos que representa a las minorías de la región meridional de Terai (Madhesh), que votaron a favor tras prometérseles que sería enmendada la Constitución con sus reclamaciones territoriales.
Los partidos madhesi encabezaron una oleada de protestas tras la aprobación en septiembre de la Constitución del país, al considerar que no les beneficiaba, y desatando una crisis política y económica con más de medio centenar de muertos, cientos de heridos y un agujero de más de 10.000 millones de dólares en pérdidas.
Ese conflicto, que llegó apenas después del terremoto que castigó la nación del Himalaya en abril del año pasado, llevó a huelgas y meses de bloqueos, lo que, unido al criticado desempeño del Gobierno tras la catástrofe natural, minó el capital político de Oli, que apenas ha durado nueve meses en el poder.
Ram Chandra Poudel, uno de los dirigentes del NC dijo a periodistas que el problema de la Constitución debe ser la mayor prioridad para el nuevo Gobie