Desde la muerte de su hijo, Jessie y Mark Hobson atraviesan por una crisis de pareja, hasta que un día deciden adoptar al pequeño Cody, un chico encantador y espabilado que hace todo lo posible para no dormir. Pronto, los Hobson descubren por qué: Cody tiene la habilidad de hacer que sus sueños se materialicen. El problema es que no solo sus sueños más dulces cobran cuerpo... sino también sus más temidas pesadillas.